El exilio de los judíos en Babilonia: la Biblia frente a la cronología tradicional
Existe
una discrepancia importante entre lo que dice la cronología
tradicional y lo que dice la Biblia respecto al exilio judío en
Babilonia. El siguiente artículo, contribuido por el profesor Rolf
Furuli, trata brevemente sobre el asunto.
La
tablilla cuneiforme Strm Kambys 400 (o BM33066)
está fechada en el año 7º del rey persa Cambises, y contiene
varias observaciones astronómicas que concuerdan con el año 523
antes de nuestra era. Si 523 fue el 7º año de Cambises y su padre
Ciro reinó 9 años, como la evidencia parece mostrar, podemos,
basándonos en la tablilla, fijar la conquista de Babilonia por Ciro
en 539 a.E.C.
Por
su parte, otra tablilla, la VAT 4956, enumera muchas
posiciones de los astros que concuerdan con el año 568 antes de
nuestra era, y esta tablilla está conectada con el 37º año de
Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Basándose
en estas dos tablillas, puede elaborarse la siguiente cronología
absoluta: Nabucodonosor empezó a reinar en 605 antes de nuestra era,
y Babilonia fue conquistada por los medos y los persas 66 años
después, en el año 539. Esto está en completa armonía con la
cronología relativa de los reyes neobabilónicos que se encuentran
en varias listas antiguas de reyes.
Pero
por otra parte, la Biblia dice sin ambigüedad que, tras el ataque de
Nabucodonosor, Jerusalén y la tierra de Judá fueron un
yermo desolado sin habitantes durante 70 años completos,
hasta poco después de que los medopersas conquistaran Babilonia.
Esto no puede armonizarse con la cronología neobabilónica delineada
más arriba, que solo concede unos 50 años a la duración del
cautiverio judío en Babilonia, normalmente encuadrado entre los años
587 a.E.C. y 539 a.E.C.
Se
han seguido dos planteamientos para resolver la mencionada
discrepancia. Muchos historiadores y eruditos que consideran la
Biblia como un documento meramente humano, no toman la Biblia en
serio y simplemente rechazan su información. Muchas personas que
creen que la palabra de Dios se encuentra en la Biblia o que la
Biblia es la palabra de Dios tratan de interpretar la Biblia a la luz
de la cronología tradicional, leyendo así en los textos bíblicos
sus propios puntos de vista. Mi propósito en este ensayo es mostrar
lo que la Biblia realmente dice, clarificando así algunos
malentendidos.
Ver
pasajes ambiguos a la luz de pasajes que no lo sean
Hay
seis pasajes en la Biblia en los que se menciona un periodo de 70
años en relación con Babilonia: Jeremías 25:11, 12; 29:10; Daniel
9:2; 2 Crónicas 36:21; Zacarías 1:12 y 7:5. Dos de estos (Daniel
9:2 y 2 Crónicas 36:21) difícilmente pueden entenderse de más de
una manera, y los otros cuatro deben considerarse a la luz de estos.
El principio de que los pasajes ambiguos deben entenderse a la luz de
otros que no sean ambiguos se acepta universalmente. Pero resulta
bastante extraño que se haga en gran medida lo contrario en
artículos sobre el exilio en Babilonia. Una razón adicional para
empezar con Daniel y con el cronista es que ellos vivieron después
del exilio y tenían información sobre su verdadera duración. Por
tanto, sus palabras tienen peso porque ambos conocían tanto las
profecías como su cumplimiento.
¿Habla
la Biblia de un periodo literal de 70 años?
El
primero en mencionar el periodo de 70 años es el profeta Jeremías
(25:11, 12; 29:10). Se ha argumentado que estos 70 años representan
una cifra redonda y no 70 años literales. Aunque esta es una
interpretación posible de las palabras de Jeremías, debemos tener
en cuenta que una interpretación que sea posible podría resultar
insostenible cuando alguien que haya presenciado el cumplimiento de
la profecía aporta su testimonio. Eso es precisamente lo que sucede
respecto a los 70 años de Jeremías. Daniel (9:1-3) lee las palabras
de Jeremías e indica que se estaba centrando en 70 años literales.
Sus palabras “el número de años” y su oración, que muestra que
él vivía cuando los 70 años estaban a punto de concluir, indican
que el periodo fue de 70 años literales. Si el periodo al que se
refiere no fuese literal, ¿cómo podría buscar la misericordia de
Dios con la oración en la que dice que Dios pronto iba a acabar con
la condición desolada de Jerusalén? (9:15-20).
Un periodo de 70 años de desolación
El
texto hebreo de Daniel 9:2 y 2 Crónicas 36:20, 21 muestra sin
ambigüedad que Jerusalén sería un yermo desolado durante 70 años
completos. Esto excluye cualquier posibilidad de que los 70 años
empezasen la primera o la segunda vez en que Nabucodonosor conquistó
Jerusalén, pues Jerusalén no fue desolada hasta la tercera vez en
que Nabucodonosor conquistó la ciudad. El hecho de que la condición
desolada era el punto de partida de los 70 años lo muestra también
Zacarías (7:5). El ayuno en el 5º mes se debía a la destrucción
del templo y el ayuno del 7º mes al asesinato de Guedalías. Estos
ayunos se mantuvieron durante los 70 años, por tanto este periodo no
pudo haber empezado antes del 7º mes del 18º año de Nabucodonosor,
en que la tierra quedó desolada.
Pero
¿cuándo terminaron los 70 años? Se ha aducido, basándose en 2
Crónicas 36:20, que el periodo terminó cuando Ciro conquistó
Jerusalén en octubre de 539. Las palabras “hasta que vino el reino
de los Persas” (RV) supuestamente apoyan esto de forma
concluyente. Extraer conclusiones definitivas sobre la base de una
sola palabra (en este caso la preposición ‘ad = hasta)
es peligroso en términos lingüísticos. Las palabras comunican
conceptos en las mentes de las personas que hablan un mismo idioma, y
estos conceptos son a menudo bastante amplios. Es cierto
que ‘ad puede tener un sentido temporal y a menudo
significa “hasta”, pero también
significa “durante”,“mientras”, como en 2
Reyes 9:22 (BJ), donde leemos: “Respondió: «¿Qué paz
mientras (‘ad) duran las prostituciones de tu
madre Jezabel y sus muchas hechicerías?»”. Este ejemplo muestra
que la preposición no necesariamente se refiere a un punto concreto
en el futuro, sino que puede implicar una acción durativa.
Incluso
cuando ‘ad se usa con
sentido temporal y en conexión con un solo punto en el tiempo, este
punto no es necesariamente el final del periodo de tiempo conectado
con‘ad.
Consideremos Génesis 26:33 (RV):
“Y llamólo Seba: por cuya causa el nombre de aquella ciudad es
Beer-seba hasta (‘ad) este
día”. Obviamente, el nombre no cambió en el día en que esto se
escribió, sino que la ciudad siguió llamándose Beer-seba. Por
tanto, el periodo de tiempo que incluye ‘ad continuó
después de “este día”.
Dos
ejemplos que pueden arrojar luz de una forma particular sobre 2
Crónicas 36:20 son Jueces 6:31: “A cualquiera que contienda por
él, se le dará muerte antes de llegar la mañana”, (BA);
y 1 Reyes 10:7: “No daba yo crédito a lo que se decía hasta que
he venido y lo he visto con mis propios ojos” (BJ).
En el primer ejemplo, la preposición señala a “la mañana”, que
es una palabra muy amplia. La persona no necesariamente moriría
justo antes de que el primer rayo de sol se hiciera visible, sino en
algún momento durante el periodo anterior a la mañana. [Algunas
traducciones lo vierten como que la persona debería ser muerta
durante la mañana, otra expresión amplia que muestra las diversas
formas en que puede entenderse esta preposición. (Nota del
traductor)] En el segundo ejemplo, la
preposición no se refiere al momento en el que la reina llegó, sino
que se refiere tanto a su llegada como a todo lo que vio durante un
tiempo considerable después de llegar.
Volviendo
a 2 Crónicas 36:20, notamos las siguientes traducciones:
BJ: “hasta el advenimiento del reino de los persas”.
RV: “hasta que vino el reino de los Persas”.
BA: “hasta el dominio del reino de Persia”.
TNM: “hasta que la realeza de Persia empezó a reinar”.
El
texto dice, palabra por palabra: “hasta (‘ad) reino (melokh) del
reino (malkut) de Persia (paras)”. En vista de los anteriores
ejemplos, no necesariamente hemos de llegar a la conclusión de que
los mencionados 70 años terminaron en el mismo día o el mismo año
en que Ciro conquistó Babilonia. La preposición ‘ad puede tener
este sentido, pero también puede incluir un periodo de tiempo
después de la conquista, como en el caso de la reina de Seba. El
sentido de ‘ad debe por tanto deducirse a partir del contexto, lo
cual es fácil de hacer cuando leemos el siguiente versículo.
NIV (inglés): “(‘ad) La tierra gozó de sus descansos sabáticos”.
NLT (inglés): “La tierra finalmente (‘ad) gozó de su descanso sabático”.
RV: “hasta (‘ad) que la tierra hubo gozado sus sábados”.
BA: "hasta ('ad) que la tierra hubiera gozado de sus días de reposo".
TNM: "hasta ('ad) que la tierra hubo pagado sus sábados".
La
traducción de la NIV toma la preposición en el
sentido de “durante”, y lo mismo parece ser cierto en el caso de
la NLT. Lo que el versículo 21 dice, sin embargo, es que
la tierra quedó desolada y guardó sus sábados durante el periodo
de 70 años. Y esta duración se expresa con la preposición ‘ad.
Un análisis cuidadoso del texto hebreo muestra que es extremadamente
difícil evitar esta conclusión.
Ciro
el Grande
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En
2 Crónicas 36:22, 23 leemos que Ciro, en su primer año (538
a.E.C.), hizo pasar un pregón instando a los judíos a volver a
Jerusalén para construir la casa de Dios. Ciro había conquistado
Babilonia el día 14 del 7º mes, que en el calendario juliano es el
10 de octubre de 539. El año de ascenso de Ciro había durado hasta
el 12º mes de aquel año, y su primer año de reinado empezaría en
marzo/abril de 538. En el año en que los judíos volvieron a
Babilonia, leemos que en el 7º mes ellos ya estaban en sus ciudades
(Esdras 3:1). Incluso si Ciro hubiese emitido su pregón en el primer
día de su primer año, es imposible que los judíos estuviesen en
sus ciudades seis meses después (en el 7º mes de 538). Debemos
suponer que tras el pregón tuvo que transcurrir un tiempo para que
los judíos vendieran sus propiedades y preparasen a sus familias
para el viaje, y tras esto tuvieron que viajar unos cinco meses para
llegar a Judá; para establecerse en sus ciudades también tendría
que transcurrir un tiempo. Por tanto, el momento más temprano en el
que podría decirse que la tierra ya no era un yermo desolado es el
año 537 a.E.C.
Es
interesante que el cronista (que posiblemente fuese Esdras) y Esdras
(1:1-14) relacionan el pregón de Ciro con las palabras de Jeremías
relativas a los 70 años. También podemos notar que fue después de
la caída de Babilonia (en el primer año de Darío el medo) cuando
Daniel discernió la profecía de Jeremías sobre los 70 años.
También podemos notar que en aquel momento la ira de Dios aún
permanecía sobre Jerusalén y el santuario seguía desolado (Daniel
9:15-17) cuando Daniel discernió las palabras de Jeremías. Por
tanto, los 70 años de Jeremías no podían haber terminado en 539.
Un
pasaje que algunos usan contra esta conclusión es Jeremías 25:12.
La mayoría de las traducciones vierten este versículo como la
Biblia de las Américas: “Después que se hayan cumplido los
setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su
iniquidad”. El argumento es que los 70 años tenían que terminar
primero y entonces el rey de Babilonia sería castigado. Puesto que
esto sucedió en 539 a.E.C., los 70 años debieron de terminar
entonces. La traducción de la BA está bien, pero el problema al
traducir del hebreo es que los traductores deben seleccionar entre
opciones todo el tiempo y a menudo se pierden los matices cuando se
opta por una forma de traducir. En el texto hebreo encontramos un
infinitivo del verbo male (cumplir) con la
preposición ke (cuando) prefijada a él.
Literalmente leemos: “cuando cumplir setenta años”.
Debemos
recordar que el hebreo es un idioma que generalmente es más ambiguo
que el español, pues no era necesaria la precisión moderna
relacionada con las horas, minutos y segundos y otras expresiones. La
primera interpretación del pasaje (si el contexto no sugiriese otra
cosa) sería que, tras cumplirse los 70 años, el rey de Babilonia
sería castigado. Sin embargo, dado que el sentido del infinitivo es
bastante fluido lingüísticamente hablando, no puede descartarse que
el castigo sea justo antes o después del fin de los 70 años. La
conciencia hebrea del tiempo en relación con tales profecías
también se percibe en la última frase de 25:12. Parte del castigo
sería que Babilonia se convertiría en “ruinas eternas” (BJ).
Nuestra conciencia moderna del tiempo nos llevaría a esperar esta
desolación poco después de que terminase ese periodo de 70 años,
pero pasaron más de 600 años hasta que Babilonia quedó desolada.
Por tanto, no podemos concluir basándonos en este pasaje que el rey
de Babilonia fuese castigado después del fin de los 70 años.
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Ruinas
de Babilonia
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La
Biblia frente a la historia tradicional
La
historia antigua no puede probarse porque no hay informadores vivos.
Esto significa que cualquier sistema cronológico está basado en
varios supuestos que deben aceptarse; así, los puntos de vista sobre
cronología, incluyen una gran medida de fe. Debido a esto, es bueno
que cualquier estudiante de cronología evalúe los supuestos en que
se apoya el sistema cronológico al que se adhiere y distinga
honestamente entre lo que realmente dicen los diferentes sistemas.
Esto es importante porque es imposible armonizar la información
encontrada en la Biblia con la cronología neobabilónica aceptada
que se encuentra en las obras de consulta y libros de texto. Uno, por
tanto, debe elegir, y la elección debe basarse en la mejor evidencia
posible.
Se puede hacer la siguiente síntesis de la información bíblica:
1. Daniel 9:2-19 muestra que Jeremías profetizó acerca de un periodo de 70 años literales.
2. Daniel 9:2 y 2 Crónicas 36:21 dicen sin ambigüedad que Jerusalén fue un yermo desolado durante 70 años completos.
3. Zacarías 7:5 indica que el inicio de los 70 años fue la desolación de Jerusalén, pues habla del ayuno del 7º mes (en memoria del asesinato de Guedalías) que se guardó durante 70 años.
4. El pregón de Ciro se emitió en su primer año (marzo/abril 538-marzo/abril 537), y la fecha más temprana en que podía decirse que la tierra ya no estaba desolada fue en el otoño de 537 (Esdras 1:1, 2; 3:1).
El
punto de vista casi universal de que la tercera conquista de
Jerusalén por Nabucodonosor ocurrió en 587 (ó 586) a.E.C. solo
concede 49 ó 50 años al exilio. Por tanto, este punto de vista
contradice de plano la información bíblica. Deberíamos respetar el
derecho de todas las personas a hacer sus propias elecciones, y esto
debería también aplicar a la elección de un sistema cronológico.
Pero tenemos que insistir en que debe hacerse una elección, porque
la Biblia y la cronología neobabilónica tradicional son mutamente
excluyentes. Por tanto, debemos creer o bien en lo que dice la Biblia
o en los supuestos de la cronología tradicional; no podemos montar
dos caballos al mismo tiempo.
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