miércoles, 19 de julio de 2017

Como siente pesar Dios



¿Cuál es el punto de vista bíblico?
¿Siente Dios pesar?
DIOS no es un hombre para que diga mentiras, ni hijo de la humanidad para que sienta pesar. ¿Lo ha dicho él mismo y acaso no lo hará, y ha hablado y no lo llevará a cabo?”—Núm. 23:19.
Estas palabras divinamente inspiradas que Balaam habló muestran que Jehová Dios no siente pesar a la manera que lo hacen las criaturas humanas. Nosotros podemos juzgar mal los asuntos o equivocarnos de otras maneras y, por lo tanto, sentir pesar. Sin embargo, el Altísimo nunca se equivoca. Las Escrituras nos dicen: “Perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.” (Deu. 32:4) Por consiguiente, el propósito de Jehová no cambia.
Por ejemplo, él nunca sentirá pesar por haber constituido a su Hijo como sumo sacerdote a la manera de Melquisedec. El salmista declaró: “Jehová ha jurado (y no sentirá pesar): ‘¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!’” (Sal. 110:4; Heb. 7:21) Porque el Hijo siempre permanecerá fiel, Jehová nunca tendrá razón para mudar de actitud para con él. No se equivocó en su propósito respecto a su Hijo.
De modo parecido, el Todopoderoso nunca sentirá pesar por haber escogido a los israelitas por consideración a sus antepasados devotos. Es cierto que los israelitas resultaron infieles vez tras vez y, en el primer siglo E.C., la mayoría de ellos rechazó al Mesías prometido. No obstante, un resto respondió favorablemente. El hecho de que sus compañeros paisanos resultaron ser enemigos de las “buenas nuevas” no afectó adversamente el punto de vista que Dios tenía del resto creyente. Además, esto no cambió el hecho de que los antepasados habían servido lealmente a Jehová. Por eso, el apóstol Pablo pudo escribir: “Con referencia a la selección de Dios son amados por causa de sus antepasados. Pues los dones y el llamamiento de Dios no son cosas que le pesarán.” (Rom. 11:28, 29) Sí, Dios amaba al fiel resto judío a pesar de la incredulidad de la mayoría.
No obstante, hay un sentido en particular en el cual Jehová Dios puede sentir pesar. Leemos en las Escrituras: “Sentía pesar conforme a la abundancia de su magnífica bondad amorosa.” (Sal. 106:45) ¿Qué debe entenderse por esto?
Puesto que Jehová Dios nunca se equivoca, manifiestamente su pesar se refiere a un cambio de actitud para con las criaturas humanas. ¿Precisamente qué incita tal cambio por parte de él?
Considere la situación en los días de Noé. En aquel tiempo la Tierra estaba llena de violencia. La Biblia informa: “Vio Jehová que abundaba la maldad del hombre en la tierra y que toda inclinación de los pensamientos de su corazón era solamente mala todo el tiempo. Y sintió pesar Jehová por haber hecho hombres en la tierra, y se sintió herido en su corazón.”—Gén. 6:5, 6.
De esto no hemos de concluir que a Dios le pareció que se había equivocado al haber creado al hombre. No pudiera ser así, porque pronunció “muy bueno” a todo su trabajo creativo porque se elevaba a la altura de su norma de perfección. (Gén. 1:31) Más bien, le pesó a Jehová que los seres humanos hubieran escogido seguir un derrotero de desobediencia. Le pesó que, con la excepción de Noé y su familia inmediata, se hubieran hecho tan corruptos que se vio obligado a tomar esta acción justa contra ellos.
Se puede concluir lo mismo acerca de la selección que Jehová hizo de Saúl como primer rey de Israel. Primero de Samuel 15:10, 11 declara: “La palabra de Jehová ahora le vino a Samuel, diciendo: ‘De veras que me pesa haber hecho a Saúl reinar como rey.’” ¿Por qué? “Porque se ha vuelto de seguirme, y mis palabras no las ha llevado a cabo.” Note que el pesar de Dios no se debió a sentir que él se hubiera equivocado al escoger a Saúl, sino que se debió al hecho de que éste no usó su privilegio en armonía con la voluntad divina. Era Saúl quien, como criatura dotada de libre albedrío, había cambiado, y esto exigía un cambio por parte de Dios.
Puesto que Saúl había optado por un proceder de desobediencia, se dictó juicio adverso contra él. Ese juicio recto no fue algo que más tarde le pesaría al Altísimo. La palabra de Jehová por medio de Samuel fue: “Jehová ha arrancado hoy de ti el gobierno real de Israel, y ciertamente se lo dará a un semejante tuyo que es mejor que tú. Y, además, la Excelencia de Israel no resultará falso, y no sentirá pesar.”—1 Sam. 15:28, 29.
Sin embargo, ha habido ocasiones en que Jehová Dios ha expresado un juicio condenatorio y le ha pesado después. De nuevo, la gente implicada en ello hizo un cambio. Sirve para ilustrar esto el caso de los ninivitas en el tiempo de Jonás. El profeta Jonás fue enviado a proclamarles: “Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada.” (Jonás 3:4) La gente, incluso el rey, tomó a pechos la advertencia y se arrepintió. “Y el Dios verdadero llegó a ver sus obras, que se habían vuelto de su mal camino; y por lo tanto el Dios verdadero sintió pesar en cuanto a la calamidad de que había hablado que les causaría; y no la causó.”—Jonás 3:10.
Al arrepentirse los ninivitas ya no eran, hasta cierto punto, las mismas personas contra quienes Jehová había proclamado su juicio por medio de su profeta. Se había dirigido ese juicio contra habituales hacedores de maldad, lo cual ellos habían dejado de ser. Por lo tanto, Jehová Dios sintió pesar o correctamente cambió de actitud para con los ninivitas en armonía con su proceder cambiado. Por eso, siempre que el Altísimo da a conocer un juicio venidero, ese anuncio anticipado le presenta a la gente la oportunidad de cambiar. Sus declaraciones formales de bendiciones futuras son igualmente condicionales.
Pero esto no quiere decir que Jehová Dios les dará a los individuos y naciones tiempo y oportunidad ilimitados para escoger el proceder correcto o incorrecto. Cuando se llegue al límite de su paciencia, él ejecutará su juicio inmutable. Eso fue cierto con relación a la Jerusalén infiel en el tiempo de Jeremías. La situación había llegado al punto en que la gente estaba tan aferrada en su mal camino que rehusó arrepentirse. Eso explica por qué se proclamó lo siguiente por medio de Jeremías: “‘¿Quién te mostrará compasión, oh Jerusalén, y quién se condolerá de ti, y quién se desviará para preguntar acerca de tu bienestar? Tú misma me has abandonado,’ es la expresión de Jehová. ‘Hacia atrás es como sigues andando. Y extenderé mi mano contra ti y te arruinaré. Me he cansado de sentir pesar.’”—Jer. 15:5, 6.

La manera en que Jehová ha tratado con la humanidad nos asegura que él nunca sentirá pesar acerca de su propósito inmutable. Su palabra resultará cierta y él cumplirá completamente lo que tiene estipulado en sus promesas. Sin embargo, si individuos escogen el mal proceder, él cambiará de actitud para con ellos. Aunque él no desea obrar en su contra, el modo de proceder que han elegido exige que él lo haga a fin de mantenerse en armonía con Su norma de justicia inmutable. Por lo tanto, esforcémonos siempre por ser fieles a Dios.

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