sábado, 15 de julio de 2017

La verdad sobre Beth Sarim

Tal vez Rutherford sea el testigo de Jehová más vilipendiado en Internet. 

De él se han escrito acusaciones de todo tipo, sin necesidad de aportar pruebas. 
Una de las acusaciones que se le hacen es que supuestamente se hizo construir una casa en San Diego (California, EE.UU.) a costa del dinero de la Sociedad Watchtower, con el pretexto de que era para los fieles de la antigüedad que resucitarían en 1925, y que este hecho se ha silenciado posteriormente en las publicaciones de los Testigos. 
La verdad, por supuesto, es muy diferente.

En primer lugar, sí es cierto que los testigos de Jehová creyeron por un tiempo, por una interpretación incorrecta de algunos pasajes bíblicos, que en 1925 comenzaría la resurrección de los fieles de la antigüedad. 

La resurrección de los justos es una enseñanza bíblica, pero el momento estaba obviamente equivocado.

Como ya hemos mostrado en otros artículos, ni Russell ni Rutherford afirmaron nunca ser profetas ni tener ninguna capacidad para predecir el futuro, ni hablaron en nombre de Dios. 

Simplemente expusieron las conclusiones a las que habían llegado estudiando la Biblia, y en algunas ocasiones se equivocaron. 

Este hecho se reconoció con frecuencia en las publicaciones de aquella época, y se sigue reconociendo hoy.

Pero centrémonos en el tema de la casa llamada Beth-sarim.

¿Qué tiene que ver realmente esta vivienda con el año 1925? 
Absolutamente nada. 

Para empezar, la casa se edificó en 1929, de modo que difícilmente se pudo construir para albergar a los que fuesen a resucitar en 1925. 

¿No le parece extraño al lector que, de todas las páginas web que critican este asunto, ninguna se haya dado cuenta de la evidente discrepancia de fechas?.

Solo con esto ya deberíamos dudar seriamente de la fiabilidad y la objetividad de tales sitios. 
O quieren engañar al lector deliberadamente, o están tan cegados por el odio que ni se dan cuenta de un error tan obvio.

Entonces, ¿cuál fue el motivo por el que se construyó la casa? 

Podemos acudir al artículo publicado apenas dos meses después de construirse la casa, en la revista Golden Age (hoy en español titulada ¡Despertad!) del 19 de marzo de 1930, donde se atajan los diversos rumores falsos que promovían en aquel tiempo algunos periódicos sensacionalistas (e incluso se incluye una copia de las escrituras de propiedad). 

En resumen, la historia es como sigue: Rutherford padecía una enfermedad respiratoria, y el frío de Nueva York afectaba mucho a su salud, 
por lo que el doctor le recomendó que pasara los inviernos en San Diego, cuyo clima es mucho más cálido.
En San Diego resultaba incómodo y caro tener que buscar cada invierno 
un alojamiento y un lugar de trabajo apropiados para todo el personal 
de la oficina. 
Por eso, algunos amigos personales de Rutherford, preocupados por 
la situación, insistieron en comprar un terreno y construir allí una 
vivienda para él. 

Así pues, el motivo fundamental por el que se construyó Beth-sarim no fue alojar a los fieles resucitados, sino servir de vivienda y lugar de trabajo a Rutherford y sus secretarios.

¿Es cierto que en plena crisis de 1929 la sociedad Watchtower pagó aquella construcción con el dinero donado por todos los testigos de Jehová?
 No. 
Por un lado, el dinero se reunió y se inició el proyecto de construcción antes del famoso crack del 29. 
Pero además, el artículo mencionado indica que «el Señor había suministrado los medios para la construcción del edificio sin que supusiera una carga para la Sociedad». 
Van Amburgh, tesorero a la sazón de la sociedad Watch Tower, confirmó que ni un centavo del precio de aquella casa había salido de los fondos de la organización. 

Ante acusaciones recurrentes, este mismo tesorero publicó otra carta en la Golden Age del 2 de mayo de 1937, en la que se especifica que la casa fue «un regalo de sus amigos». 
También en The Messenger, un boletín que se distribuyó a los asistentes a la asamblea de Columbus, Ohio, el 25 de julio de 1931, se especifica que la compra y construcción de la casa fue iniciativa de varios hermanos, que la pagaron «con su propio dinero». 
Así pues, está claro que ni la finca ni la vivienda se pagaron con dinero de la Sociedad Watch Tower. 
Fue un regalo personal.

Rutherford aceptó el regalo con una condición: la casa se utilizaría solamente para «el servicio del Señor». 
Tras su muerte la propiedad pasaría a la sociedad Watch Tower. 
Además, indicó que cuando resucitasen los fieles de la antigüedad, si deseaban usar la vivienda, esta estaría a su servicio; por eso se bautizó a la propiedad con el nombre Beth-sarim, «casa de príncipes», lo que sirvió de paso para dar amplia publicidad a la creencia de los testigos de Jehová en la resurrección de los justos, que ellos creían muy cercana.

Rutherford vivió y trabajó en Beth-sarim todos los inviernos hasta su muerte en 1942. 
Unos años más tarde, en 1947, la Sociedad Watchtower decidió venderla porque ya no tenía ninguna utilidad y suponía un gasto innecesario.

¿Se ha silenciado este asunto, como quieren hacernos creer? 
Otra mentira más. 
Estas son algunas publicaciones de los testigos de Jehová donde se habla de Beth-sarim:

1993   Proclamadores, pág. 76 y 89
1992   La Atalaya, 3/1/1992, pág. 27
1975   Anuario 1975, pág. 194
1961   Let Your Name Be Sanctified, 336
1955   The Watchtower, 11/1/1955, pág. 655
1947   The Watchtower, 15/12/1947, pág. 382
1942   The New World, 104
1942   Consolation, 27/5/1942, págs. 3-9
1940   The Watchtower, 1/6/1940, pág. 162
1939   Salvation, págs. 311-312
1937   The Watchtower, 15/3/1937, pág. 86
1937   The Golden Age, 5/5/1937, pág. 499
1931   The Messenger, págs. 6-8
1930   The Golden Age, 19/3/1930, págs. 404-407

Esta lista no es exhaustiva, pero basta para mostrar que este asunto se ha comentado en diversas ocasiones en nuestras publicaciones, y que cualquier persona tenía acceso a la información.

En resumen, los amigos de Rutherford le regalaron una casa, y él la donó a la Sociedad Watch Tower tras su muerte. 
Además, como creía que pronto resucitarían los fieles de la antigüedad, puso la casa a su disposición cuando llegara ese día. 

¿Es esa la historia tan sórdida de Beth-sarim? 
Honestamente, no hay ninguna base para hablar de fraude ni de enriquecimiento personal de nadie, ni de episodio vergonzoso ni de las demás memeces que se dicen sobre ese lugar.

Las personas que persisten en difundir esas mentiras, o son muy ingenuas y se creen todo lo que les dicen, o realmente no les importa la verdad sino atacar a los testigos de Jehová aunque sea con calumnias.


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