Anticuerpos
que protegen nuestra espiritualidad
La
Palabra de Dios tiene el poder de cambiar vidas:
(1 Corintios 6:9-11.)
“Ni fornicadores, ni
idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos
contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones,
ni personas dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores,
ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios. Y, sin
embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han
sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han
sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y
con el espíritu de nuestro Dios.”
(1 Pedro 4:3, 4.)
“Porque basta el tiempo
que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las
naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias,
excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e
idolatrías ilegales. Porque no continúan corriendo con ellos
en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, ellos están
perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes.”
(Colosenses 3:9, 10.)
“Desnúdense de la
vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva
personalidad, que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva
según la imagen de Aquel que la ha creado.”
Cuando se ponen en
práctica sus consejos, las Escrituras nos protegen del materialismo:
“Mantengan abiertos los
ojos y guárdense de toda suerte de codicia, porque hasta cuando uno
tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee.”
(Lucas 12:15.)
“Los que están
resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo [...].
Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas
perjudiciales.” (1 Timoteo 6:9, 10.)
“Tal como uno ha salido
del vientre de su madre, desnudo volverá a irse, tal como vino; y
absolutamente nada puede uno llevarse por su duro trabajo.”
(Eclesiastés 5:15.)
Cuidar la Tierra,
no contaminarla
ni física ni espiritualmente:
“Y Jehová Dios
procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén
para que lo cultivara y lo cuidara.” (Génesis 2:15.)
Dios “la formó aun
para ser habitada”. (Isaías 45:18.)
“La tierra la ha dado a
los hijos de los hombres.” (Salmo 115:16.)
“La mismísima tierra
ha sido contaminada bajo sus habitantes [...] y a los que la
habitan se les considera culpables.” (Isaías 24:5, 6.)
Dios vendrá a “causar
la ruina de los que están arruinando la tierra”. (Revelación
11:18.).
Evitar el espíritu
del yoísmo, la egolatría:
“Amortigüen, por lo
tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto
a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y
codicia, que es idolatría.” (Colosenses 3:5.)
Evitar compañías
inmorales:
“No se extravíen. Las
malas compañías echan a perder los hábitos útiles.”
(1 Corintios 15:33.)
“El que está andando
con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos
con los estúpidos le irá mal.” (Proverbios 13:20.)
Estar en guardia
contra Satanás y su mundo:
“El dios de este
sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos.”
(2 Corintios 4:4.)
“Sabemos que nosotros
nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el poder del
inicuo.” (1 Juan 5:19.)
“Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay
en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la
exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina
del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo va
pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17.)
Prepararse contra
cualquier fuerza demoniaca invisible:
“Pónganse la armadura
completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las
maquinaciones del Diablo; porque tenemos una lucha, no contra
sangre y carne, sino contra [...] las fuerzas espirituales
inicuas en los lugares celestiales.” (Efesios 6:11, 12.)
“Opónganse al Diablo,
y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a
ustedes.” (Santiago 4:7, 8.)
Seguir principios
dignos y el modelo de conducta perfecta:
“Tu palabra es una
lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda.” (Salmo 119:105.)
“Toda Escritura es
inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para
rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el
hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente
equipado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16, 17.)
“Cristo sufrió por
ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo
cuidado y atención.” (1 Pedro 2:21.)
La
forma de pensar que moldea nuestra mente:
“Cesen de amoldarse a
este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente,
para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y
la perfecta voluntad de Dios.” (Romanos 12:2.)
“Cuantas cosas sean
verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean
justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de
buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que
haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas.”
(Filipenses 4:8.)
La
educación de los hijos que protege contra la delincuencia:
“Desde la infancia has
conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la
salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús.”
(2 Timoteo 3:15.)
“Entrena al muchacho
conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se
desviará de él.” (Proverbios 22:6.)
“El que retiene su vara
odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con
disciplina.” (Proverbios 13:24.)
“Pues, ¿qué hijo es
aquel a quien el padre no disciplina? Es cierto que ninguna
disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin
embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto
pacífico, a saber, justicia.” (Hebreos 12:7, 11.)
“Estas palabras que te
estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y
tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes
en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando
te levantes.” (Deuteronomio 6:6, 7.)
“Hijos, sean obedientes
a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo. Y
ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan
criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.”
(Efesios 6:1, 4.)
Evitar los divorcios
que traen consigo familias monoparentales, delincuencia, drogas e
inmoralidad sexual:
“‘Con la esposa de tu
juventud que nadie trate traidoramente. Porque él ha odiado un
divorciarse’, ha dicho Jehová el Dios de Israel.” (Malaquías
2:15, 16.)
“Yo les digo que
cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de
fornicación, y se case con otra, comete adulterio.” (Mateo 19:9.)
El
amor que eliminará toda violencia, delito, racismo, droga,
borrachera, odio y abuso:
“Tienes que amar a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas.” Y “Tienes que amar a tu prójimo
como a ti mismo”. (Marcos 12:30, 31.)
“Por lo tanto, todas
las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de
igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo
que significan la Ley y los Profetas.” (Mateo 7:12.)
“Esto es lo que el amor
de Dios significa: que observemos sus mandamientos.” (1 Juan
5:3.)
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