Células
con memoria y problemas de la inmunidad
Sin embargo, al llegar a
este punto, las células B y las células T han realizado
otro servicio vital: han producido células con memoria que circulan
por la corriente sanguínea y los vasos linfáticos durante muchos
años, en algunos casos durante toda la vida. Si alguna vez somos
atacados por la misma variedad del virus de la gripe o del resfriado,
o por cualquier otra sustancia extraña que nos hubiera atacado en el
pasado, estas células con memoria la identificarán de inmediato y
harán que el sistema inmunológico desencadene un ataque rápido y
arrollador. En seguida producirán gran cantidad de células
específicas de los tipos B y T que lanzarán el primer ataque contra
ese agresor específico, por lo que se sofocará la nueva invasión
antes de que llegue a ser importante. Un ataque que originalmente
podría haber tardado tres semanas en solucionarse, de esta forma es
vencido antes de que gane terreno alguno. La infección previa por
este invasor específico nos hizo inmunes a él.
No obstante, el cuadro se
complica debido a la existencia de diferentes variedades del virus de
la gripe, que a menudo se originan en diferentes partes del mundo.
Además, hay más de doscientas variedades diferentes del virus del
resfriado y cada variedad tiene su antígeno específico. Por eso,
debe haber unos doscientos tipos diferentes de células auxiliares T,
cada uno con un receptor que se empareje con el antígeno de uno de
los doscientos virus del resfriado. Pero eso no es todo. Los
virus del resfriado y de la gripe están mutando constantemente, y
cada vez que eso ocurre hay un nuevo antígeno de la gripe o del
resfriado que requiere un nuevo receptor en una célula auxiliar T
que se fije a él. El virus del resfriado sigue cambiando sus
cerraduras, por eso la célula T ha de seguir buscando nuevas llaves.
Antes de criticar a los
médicos que no pueden curar un resfriado común, hay que
comprender el problema. Es probable que nos curemos del resfriado que
tengamos en ese momento y no volvamos a ser atacados por él,
pero surgirá una nueva mutación del virus y nuestro sistema
inmunológico tendrá que producir una célula auxiliar T totalmente
nueva que reagrupe a las fuerzas inmunológicas para la batalla. Sin
embargo, una vez ganada la batalla, pronto comienza otra: la guerra
es interminable.
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