martes, 1 de agosto de 2017

S.I. Los Fagocitos...comedores de cèlulas



Consideremos ahora la función de los fagocitos apoyada por las células auxiliares T. Su nombre significa “comedores de células”, y podría decirse que son basureros. No son muy escrupulosos, pues devoran cualquier cosa que parezca sospechosa, sean microorganismos extraños, células muertas o cualquier otro tipo de desperdicio. Son a la vez una fuerza defensiva contra los gérmenes patógenos y un servicio de recogida que engulle las basuras. Incluso se comen las sustancias contaminantes que provienen del humo de los cigarrillos y ennegrecen los pulmones, aunque si se sigue fumando durante mucho tiempo, el humo los destruye a un ritmo mayor que el de su reproducción. No obstante, algunas de sus comidas son indigeribles, incluso mortales, como por ejemplo el polvo de sílice o las fibras de amianto.
Existen dos tipos de fagocitos, los neutrófilos y los macrófagos. La médula ósea produce unos cien mil millones de neutrófilos cada día. Viven tan solo unos días, pero cuando hay infecciones su número se multiplica hasta cinco veces. Cada neutrófilo puede capturar y destruir hasta 25 bacterias, y entonces muere, pero hay una afluencia constante de reemplazos. Por otra parte, los macrófagos pueden destruir cien invasores antes de morir. Son más grandes y fuertes, y viven más que los neutrófilos. Solo tienen una acción de respuesta frente a los invasores o a la basura: comerlos. No obstante, sería un error pensar que los macrófagos son solamente unidades de eliminación de basuras, ya que pueden fabricar “hasta 50 tipos de enzimas y agentes antimicrobianos” y funcionar como enlaces de comunicación “no sólo entre las células del sistema inmunológico sino entre células productoras de hormonas, células nerviosas e incluso cerebrales”.

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